Dos acontecimientos muy importantes han tenido lugar en nuestro Colegio en el pasado mes de abril y que tuvieron por protagonista a la Virgen María.
Por un lado el Triduo a la Divina Pastora, que , por ser este el año del Centenario del colegio celebramos en la Parroquia de San Pedro Apóstol, con la intención de que todo el pueblo de Daimiel honrase a nuestra madre. El triduo finalizó con la Procesión Extraordinaria, en la que participaron todas cofradías y hermandades de nuestra localidad y a las que asistieron nuestras autoridades locales.
Dos acontecimientos, únicos y extraordinarios que no borraremos nunca de nuestra mente y nuestro corazón y que han hecho reavivar en todos nosotros el Amor a María , la madre del Buen Pastor y nuestra Madre.
EL ABRAZO DE DOS HERMANAS
Aquí están, la Virgen de las Cruces y Nuestra Madre, la Divina Pastora.
Dos imágenes unidas por una misma fe y reverenciadas en un mismo día por el
pueblo de Daimiel.
Hacia ellas
se levantan nuestros ojos y expresan hoy más que nunca amparo y fe en el sentir
de nuestra gente.
La unión de ambas Vírgenes en este año 2012 nos muestra
dos fuerzas que llenaran el corazón de cada daimieleño que desee comprender que
sin amor no es posible lograr lo imposible.
Las dos vírgenes se dan un abrazo, ese que tanto hemos deseado y esperado. Todo tiene su momento.
Verlas llorar juntas, verlas gozar y reír a plenitud,
cada una con su estilo.
Verlas interceder ante su Hijo, por los que no están
ya con nosotros; verlas juntas y satisfechas por el futuro que nos depara a
todos, verlas y venerarlas y con todo ello no pedirles más nada, solo darle las
gracias.
En ambas imágenes: el niño junto a ellas y la otra
mano en actitud de bendecir. Es momento de gritar con ganas, es momento de
danzar, cantar y orar por los más necesitados.
Vuelvo a observar y aquí están contentas, juntas las
dos Vírgenes de Daimiel. ¿Es real o es solo un sueño?
Curioso símbolo de unidad que atrae la fe de un pueblo
donde crecerán las nuevas semillas de la fe. Es posible que sueños como este
toquen los corazones de muchos.
Damos gracias a las dos vírgenes de Daimiel por darnos
la posibilidad de haberles dedicado hoy este pequeño y sentido homenaje.
Que la Virgen de las Cruces y nuestra Madre Divina Pastora, rueguen por nosotros.
Que la Virgen de las Cruces y nuestra Madre Divina Pastora, rueguen por nosotros.
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