Iniciamos en este Domingo, el año litúrgico y, con él, el tiempo de adviento, en el que nos preparamos para recordar la venida de Jesús hace algo más de veinte siglos y su nacimiento en Belén.
Sólo si disponemos nuestro corazón para acoger al Señor, como hicieron María y José, los pastores..., el adviento y la navidad será para todos nosotros un hito de Gracia y Salvación.
PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO - 2 DE DICIEMBRE
Evangelio: Lucas 21, 25-28. 34-36
"Se acerca vuestra liberación"
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre".
PALABRA DE DIOS
No podemos vivir adormilados, ni ir por la vida con el pijama puesto y la mente embotada pensando en el dinero, o en los regalos o en cosas que, en el fondo, no nos hacen ser felices. Adviento es tiempo de despertarse con alegría. El reloj del Adviento es reloj que impulsa y despierta. Nos invita a velar, a permanecer despiertos, vivos, activos, comprometidos, con un rumbo claro y no equivocado. Nos encaminamos hacia Belén. Se ve la Estrella en el horizonte, la cueva…
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